He ojeado por encima tu Cancionero de Navidad en la pantalla -pero sin hojearlo en papel impreso-, con el sabor inconfundible de tus siempre deliciosos Villancicos, nuevos cada Navidad durante medio siglo, en la sorpresa de tus intuiciones, la ternura de tus sentimientos y la transparencia de tus versos; con tus arrobos contemplativos ante el Niño de Belén, no sin un deje de melancolía, al verlo pobre entre los más pobres y perseguido por los más poderosos de este mundo. De ahí tus diatribas contra ellos, menos consonantes en un villancico. Pero tú eses tú. Verdad es también, que los misterios gozosos de Navidad se entrecruzan con los dolorosos del Calvario.
¡Cuánto siento no poder pronunciarme sobre tus compases musicales, sin los que el villancico no lo es tal, y que, con sus ritmos y melodías, impregnan cuerpo y alma de sus recitadores, sean estos pastores de Judea o Magos del Oriente!
Antonio Montero
Arzobispo Emérito de Mérida-Badajoz
Cancionero de Navidad
Benito Acosta:
Nació en Zalamea de la Serena (Badajoz) el 14 de marzo de 1937, en plena guerra incivil. El año 1952, entró en el Seminario Diocesano de San Atón. Se ordenó el 7 de abril de 1962 y su primera misión fue la de coadjutor de Aceuchal. Allí la gente más humilde le enseñó unas páginas de teología que no estaban en los libros. Fue después párroco de una pequeña aldea de la zona que había sido portuguesa, Táliga, donde los pobres le siguieron enseñando teología. Tras una estancia forzada en Melilla, fue párroco de La Morera, un pueblo pequeñito, donde pudo conocer a cada habitante, casa por casa, por su nombre. Se incorporó a la diócesis de Málaga, como párroco de Mollina, que fue para él como estrenar su ministerio, con la alegría de contar con un equipo magnífico de compañeros. El pueblo siguió siendo su gran maestro, junto con el Evangelio. Después de diez años en Villanueva de Algaidas, pasó un largo tiempo en una barriada humilde de Málaga ciudad, Granja de Suárez, una parroquia muy peculiar. En este tiempo tuvo la oportunidad de publicar bastante material del que había ido trabajando desde que se ordenó, escrito fundamentalmente de noche, en las horas en que podía trabajar más tranquilo. Actualmente, sus mayores satisfacciones provienen de un trato muy cordial con nigerianos, donde encontró una gente encantadora de fe sencilla, de los que ha seguido aprendiendo mucho cada día. Actualmente está jubilado y vive en una residencia de ancianos.