Francisco de Asís es un inspector de la SGAE algo pusilánime y bonachón. Su jefe, Barjola es un caradura con leguas de corruptelas. Su nombre está a punto de salir a la luz pública como uno de los principales acusados por corrupción de la operación SAGA. Pero Barjola tiene un as en la manga. Ha descubierto que los mandamases de uno de los grupos antisistema más activos de Europa se encuentran en Madrid. Si consigue poner al descubierto sus actividades, destaparía un fraude por pirateo, robo a la propiedad intelectual y fraude a hacienda que desviaría la atención de los medios sobre él. Esto supondría además la recuperación del prestigio perdido de la sociedad de autores. Decide entonces enviar a su hombre. Francisco de Asís es perfecto para esta misión; tiene facilidad para conectar con la gente, es honrado y no puede negarse. Tiene mucho que agradecer a su jefe. Con estos mimbres se presenta intentando pasar desapercibido en el lugar donde, según su jefe, se encuentran apiñados el mayor número de falsificadores, ladrones de la propiedad ajena y perroflautas del mundo. El campamento del 15M en la Puerta del Sol.