De la mano del “Príncipe” de nuestros poetas, Garcilaso de la Vega, el autor nos introduce en la singular vida de la hermana mayor del emperador Carlos V, y que fuera reina de Portugal y de Francia. Desde la niñez y juventud en la corte de Bruselas y Malinas, su azaroso viaje a España acompañando a su hermano y el emotivo encuentro de ambos con su madre Juana encerrada en Tordesillas.
Su matrimonio con Manuel de Portugal, que la convierte en reina del entonces más rico país de Europa, que poco puede disfrutar por la muerte del esposo a los pocos más de tres años, pero que deja una hija que será objeto de sus pensamientos durante toda su vida.
Posteriormente su hermano, ejerciendo el lema matrimonial de los Austrias, la ofrece a Francisco I rey de Francia y su rival encarnizado, salvo en contadas ocasiones, donde juega un papel político muy importante como mediadora de la paz.
A la muerte de Francisco en 1547 y tras una breve estancia en los Países Bajos, regresa a España junto con sus hermanos Carlos y María, la reina de Hungría, intentando recuperar a su hija la “Portuguesa” tras más de treinta años sin verla. Tras un breve encuentro en Badajoz ésta se volvió a Portugal. La amargura y frustración que esta decisión de su hija le produjo, junto al asma que crónicamente padecía, le llevaron a entregar su ánima a Dios. Lo que tuvo lugar en Talavera la Real junto a Badajoz, una fría mañana del 18 de febrero de 1558.
El autor, por primera vez en la bibliografía específica, pone en valor la figura de Leonor de Austria colocándola en el lugar que históricamente le corresponde.