Hay textos neotestamentarios que implican toda una lectura del mundo muy distinta a la que nos ofrece nuestra cultura. Entre ellos se hallan en un destacado lugar los que contienen el término espíritu, pneuma. Es difícil en nuestros días acercarnos a su versión correcta, sobre todo, si queremos conservar la misma palabra, para que el lector se percate del campo semántico en que se mueve el autor. Es cierto que también en nuestras lenguas modernas, concretamente en el castellano, la palabra espíritu es susceptible de significaciones variadísimas. Sin embargo, el arco semántico de la antigüedad era aún más rico, y estaba más cercano a ciertas mitologías, por lo que será necesario comprenderlo si no queremos atribuir a lo específicamente cristiano lo que no es más que un modo de expresión de la época y área geográfica en que nació el Nuevo Testamento. Es lo que se propone esta pequeña obra que recorre todas las citas del vocablo “espíritu” (pneuma) en las páginas del venerable texto.
"Espíritu" en la nueva Alianza
Benito Acosta:
Natural de Zalamea de la Serena (Badajoz), nació el 14 de marzo de 1937. Cursó los estudios eclesiásticos en el Seminario Diocesano de San Atón. Ordenado presbítero el 7 de abril de 1962, su primera misión fue la de coadjutor de Aceuchal. Allí comenzó a completar su formación teológica y bíblica conectando con la gente más humilde: unas páginas de teología que no estaban en los libros. Pasó de ahí a ser párroco a una pequeña aldea de la zona oliventina que había sido portuguesa, Táliga, donde siguió aprendiendo de los pobres. Tras una estancia forzada de dos años en Melilla como alférez capellán, que siempre consideró un destierro, fue nombrado párroco de La Morera, un pueblo pequeñito, donde pudo conocer a cada habitante por su nombre, casa por casa. Cinco años más tarde, se incorporó a la diócesis de Málaga, como párroco de Mollina, que fue para él como estrenar su ministerio, con la alegría de contar con un equipo magnífico de compañeros. El mundo de la gente humilde siguió siendo su gran maestro, junto con el Evangelio. Después de diez años en Villanueva de Algaidas, pasó un largo tiempo en una barriada periférica de Málaga ciudad, Granja de Suárez, que era una parroquia muy peculiar. En este tiempo tuvo la oportunidad de publicar bastante material del que había ido trabajando desde que se ordenó, escrito fundamentalmente de noche, durante las horas en que podía trabajar más tranquilo, sin interrupciones. Sus mayores satisfacciones provinieron de un trato muy cordial con africanos, sobre todo de Nigeria. Entre ellos encontró una gente encantadora, de fe sencilla, de los que ha seguido aprendiendo mucho cada día. Actualmente está jubilado y vive en una residencia de ancianos. Su producción literaria es una parte muy importante de su vida y actividad. La obra que aquí publicamos, Espíritu en la Nueva Alianza, entra dentro de un grupo de siete monografías bíblicas, fundamentalmente neotestamentarias: Orad así, El refrán en la Palabra de Jesús, Invitación al Éxodo, El lenguaje sobre Dios, El mesiazgo en la Nueva Alianza y Conversaciones a media tarde (El lenguaje sobre Dios).