De individual a personalizado empieza con el nacimiento del individuo europeo moderno y llega hasta la configuración del sujeto digital en nuestros días. Lo individual viene modelado singularmente por el libre albedrío de hombres y mujeres durante los últimos cinco siglos. En cambio, lo personalizado, que apenas tiene pasado, se va adueñando aceleradamente del futuro. Los datos pormenorizados que genera el sujeto digital le tunean en una individualidad enajenada, un yo personalizado, que coloniza la privacidad y la intimidad. Esta condición de ser y estar inexorablemente interactuando en una Red global, que sirve a los fines de otros, conocidos o desconocidos, legales, ilegales o alegales, es la mayor amenaza concebible a la libertad.