Hubo un tiempo en que España fue un gran reino, el más grande que uno pueda imaginar, pero a su lado tenía otro gran reino, tan grande que a veces le hacía sombra allende los mares e incluso en muchas ocasiones le plantó cara y le habló de tú a tú a este gran imperio que fue España. En medio de estos dos grandes reinos estaba la frontera, una frontera donde los enfrentamientos estaban a la orden del día siglo tras siglo. Justo en la frontera había una ciudad, firme y orgullosa, que había nacido incluso antes que estos dos reinos y siempre estuvo allí, soportando las disputas, las guerras, las fiestas y las celebraciones, las epidemias y las miserias, las riquezas y las pobrezas, pero siempre allí, aguantando en pie. Batalyaws pudo haber sido el primer nombre de esta ciudad o asentamiento, aún no lo sabemos, pero la ciudad de la que habla este libro es sin duda Badajoz.
Badajoz, 50 historias de nuestra historia
JESÚS BARTOLOMÉ. Natural de Badajoz, después del bachillerato se marcha a León a estudiar en la Escuela de Especialistas del Ejército del Aire, más tarde estudia inglés en Madrid y en EE.UU. y a su vuelta a España cursa la diplomatura de Turismo en la Universidad de Zaragoza. Ha trabajado como especialista en reactores; profesor en temas aeronáuticos, turísticos y de idiomas; traductor e intérprete; técnico en turismo, guía turístico internacional; y empresario en el sector turístico (agencias de viaje, hoteles, y empresas de organización de eventos). Viajero incansable, ya sea por trabajo, ocio o estudio ha recorrido Europa de este a oeste y de norte a sur, así como distintos países de África, Asia, América del Norte y América del Sur, con estancias prolongadas en EE.UU., Reino Unido, Alemania, Bosnia-Herzegovina y Afganistán. Es un apasionado de la historia de su Badajoz y ha participado en diferentes proyectos relacionados con la ciudad y con Extremadura como la elaboración del “Inventario y Catalogación de recursos de turismo histórico y cultural en Extremadura y Alentejo” (1992) realizado para la Junta de Extremadura. Es miembro activo de la asociación “Amigos de Badajoz”, cuyos fines son la recuperación de la historia, difusión del patrimonio y costumbres badajocenses; y de la “Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País” cuyo objeto social es promover y fomentar activamente todo cuanto signifique progreso económico, cultural, cívico, moral y democrático de España y específicamente de la comunidad de Extremadura. Ambas entidades están constituidas sin ánimo de lucro.